Hambre emocional : ¿Cómo abordarlo? Origen , tratamiento y soluciones
El hambre emocional o ansiedad por comer es un problema común que afecta a las personas en su vida diaria.
Para comprender este proceso implica conocer que son las emociones.
La emoción es una respuesta psicofisiológica, esto es de la mente y del cuerpo, a estímulos internos : por ejemplo las propias vivencias de la persona ó, estado de su microbiota ó síntesis de neurotransmisores. También pueden ser de origen externo, por algún acontecimiento exterior.
Esta respuesta emocional que nos lleva a consumir alimentos de forma compulsiva, muchas veces sin sentir hambre real.
La ansiedad se relaciona en muchos casos con la nutrición y la microbiota intestinal. Realizando cambios en la forma de alimentarse , el efecto es sorprendente , impactante, en problemas como la ansiedad, el abatimiento , tendencias depresivas, irritabilidad, miedos, e ira.
Los cambios en la alimentación no sólo mejoran el estado físico y emocional, sino que además inducen un despertar en la conciencia , y gran bienestar psicoespiritual.
¿Qué es la ansiedad por comer o hambre emocional?
Es una condición en la que la persona siente una necesidad urgente y compulsiva de comer, generalmente en respuesta a emociones negativas como el estrés, la tristeza o el aburrimiento.
Esta necesidad de comer no está relacionada con el hambre física real, sino con un intento de aliviar las emociones negativas a través del acto de comer.
Los planos físicos y psicológicos están íntimamente relacionados, hasta el punto de que podemos deducir cómo se encuentra uno a partir del otro. Más aún, podemos incidir de forma positiva en uno tratando el otro.
Causas de la ansiedad o hambre emocional , posibles orígenes.
Puede ser desencadenada por diversos factores, por ejemplo:
- Estrés: un estrés continuo puede aumentar la producción de cortisol, hormona que regula los niveles de inflamación en el cuerpo, controla la presión sanguínea.
equilibra los niveles de azúcar en la sangre (glucosa).etc. Un aumento de esta hormona puede provocar neuroinflamación, junto que niveles altos de azúcar en sangre que provocaran ansiedad por comer azúcares o hidratos de carbono.
- Emociones negativas: Sentimientos de tristeza, soledad, frustración o aburrimiento pueden llevar a las personas a buscar consuelo en la comida.
- Hábitos alimentarios: Comer de manera irregular o saltarse comidas, alteración en los horarios de comida por cambios laborales puede causar afectación en los ritmos circadianos, y así en los niveles de azúcar en sangre, causando episodios de hambre compulsiva.
- Falta de sueño: las publicaciones científicas confirman que sueño insuficiente , se relaciona en muchos casos con un aumento de peso. Los adultos que duermen menos de 5 horas por noche muestran mayor tendencia al sobrepeso y obesidad que aquellos que duermen en promedio 7 horas, de tal manera que las horas dedicadas al dormir pudieran ser factor predictivo de enfermedades metabólicas y su aumento de peso. El mecanismo que explica la falta de sueño con la mala regulación de ingesta alimentaria se debe a las alteraciones de hormonas reguladoras del apetito. Los estudios han demostrado a corto plazo que la grelina y la leptina se ven alteradas aún por una o dos noches de sueño reducido; la leptina disminuye y la grelina aumenta, resultando de ello mayor sensación de hambre
- Influencia de la microbiota intestinal: Un desequilibrio en la microbiota intestinal afecta la salud mental y emocional. Por ejemplo, si existen parásitos intestinales ,muy frecuente en la población adulta, o si hay candidiasis intestinal, o disminución en ciertas cepas de la microbiota intestinal como Reuteri . Una síntesis reducida de GABA y serotonina por parte de microbiota intestinal, afecta a la serenidad de la persona.
Síntomas de hambre emocional o ansiedad por comer
Los síntomas pueden variar, pero generalmente incluyen:
- Picoteo excesivo, y desordenado. Mezclas de alimentos imposibles.
- Comer grandes cantidades de alimentos en poco tiempo.
- Consumir alimentos sin tener hambre.
- Comer en respuesta a emociones negativas.
- Sentirse culpable o avergonzado después de comer.
- Dificultad para controlar la cantidad de comida consumida.
Consecuencias de la ansiedad por comer
Puede tener varias consecuencias negativas tanto a nivel físico como emocional:
- Aumento de peso: Comer en exceso, especialmente alimentos poco saludables, provoca aumento de peso y/o obesidad.
- Problemas digestivos: Comer grandes cantidades de comida rápidamente puede causar problemas digestivos como inflamación, disbiosis intestinal, fermentación intestinal, indigestión y/o acidez.
- Problemas de salud: aumento de peso , obesidad , niebla mental, diarrea, problemas dermatológicos, así como un bajo rendimiento intelectual
- Impacto emocional: Sentirse culpable o avergonzado después de comer puede afectar la autoestima y aumentar los niveles de ansiedad y depresión.
Estrategias para controlar la ansiedad
Un problema de mala regulación de la comida suele tener un origen multifactorial. Para controlar la ansiedad por comer, es importante realizar un tratamiento con paradigma integrativo, es decir, ofreciendo un tratamiento que ofrezca una solución que aborde el problema de raíz, no tratar el síntoma sólo. Algunas estrategias útiles incluyen:
- Identificar los desencadenantes: puede realizarse un testaje con kinesiología, para conocer parte de estos factores que indicien
- Mantener una dieta equilibrada: Comer de manera regular y equilibrada puede ayudar a estabilizar los niveles de azúcar en la sangre y reducir los episodios de hambre compulsiva.
- Practicar técnicas de relajación: La meditación, el yoga y la respiración profunda pueden ayudar a reducir el estrés y la ansiedad, disminuyendo la necesidad de comer en respuesta a estas emociones.
- Mejorar la alimentación y nutrición diaria: Un nutricionista clínico especializado en trastornos alimentarios puede ofrecer estrategias personalizadas, con plan de nutrición de apoyo al sistema nervioso.
- Mejorar la salud intestinal: Realizar un test de microbiota intestinal para conocer el estado de su síntesis de neurotransmisores endógenos, o estado de permeabilidad intestinal, o niveles de Ácidos grasos de cadena corta( AGCC). Todo esto es esencial, y muy prioritario.
Ansiedad y microbiota intestinal
La microbiota intestinal es el conjunto de microorganismos que viven en nuestro intestino y desempeñan un papel crucial en nuestra salud general. Un estado ordenado y armoniosos es Euboisis; un estado desequilibrado es disbiosis intestinal
Investigaciones recientes muestran la conexión bidireccional entre el intestino y el cerebro, el conocido el eje intestino-cerebro. Esta relación sugiere que la salud intestinal influir en nuestras emociones y comportamiento alimentario.
Cómo la microbiota intestinal afecta la ansiedad
- Producción de neurotransmisores: como el glutamato, el GABA, la serotonina y la dopamina. La desregulación de los niveles de serotonina, GABA, dopamina y glutamato en el sistema nervioso central se asocia con la patogénesis de trastornos de salud mental como la ansiedad . Además, estudios recientes confirman la evidencia de que la microbiota intestinal afecta a los síntomas de ansiedad.
- Respuesta inflamatoria: Un desequilibrio en la microbiota intestinal puede llevar a una respuesta inflamatoria en el cuerpo, que influye en la salud mental y aumentar los niveles de ansiedad.
- Absorción de nutrientes: el estado de integridad del intestino, asi como la alteración en la composición de la microbiota , mejora la absorción de nutrientes . Se conoce el efecto favorable de especies como Bifidobacterium lactis
Lactobacillus acidophilus , Lactobacillus plantarum, etc en procesos de tolerancia y confort digestivo.
Entender la relación entre la ansiedad, la nutrición y la microbiota intestinal es fundamental para abordar este problema de manera eficaz. Implementar hábitos alimentarios saludables, conocer el estado de la microbiota intestinal, la valoración de suplementación personalizada, y practicar técnicas de relajación . Un apoyo profesional es clave para disminuir la ansiedad por comer o hambre emocional y mejorar la calidad de vida.
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